ANLIUM, pero estoy muy jodido últimamente y no tengo ganas de hacer nada. Con todo y con eso estoy haciendo de todo: que si proyecto, que si natación (ahora sé nadar por encima del agua), que si correr... Con todo y con eso tengo mis preocupaciones.
Os contaré qué tal llevo mi semana. Después de jiñar.
*Se va a jiñar*
Acaba de pasar un señor pregonando fresas. Me cae bien ese señor.
Bueno, mi tocho.
Mi semana, como tantas semanas, empezó el Lunes. Ya el Domingo venía algo tocado emocionalmente por asuntos... asuntos hermosos y caóticos.
El Lunes no iba a mis prácticas, como siempre. Había pedido el día de excedencia para ese día porque tenía cita con mi gastroenterólogo, que para el que no lo sepa, es el médico de las cosas de la tripa. Como algunos ya sabréis, padezco del estómago, hecho que me ha limitad mucho en muchas cosas. Por ejemplo, ya no puedo beber alcohol. Ni gotita. Y creedme que he probado a tomar literalmente gotitas y me joden la misma vida. Tampoco puedo abusar de los fritos, por lo que mi comida favorita queda excluida (patatas fritas de mi campo con huevos con aceito de mi campo y huevos de mis gallinas... derishius). Intento llevar esta dieta autoimpuesta lo mejor que puedo. Aun así, cuando estoy triste como lo que me sale de la polla.
Esto último no quita que el tema d emi estómago me preocupe muy mucho. Ya me dieron un susto hace dos años, cuando me hice la última revisión, y me dijeron que si no cambiaba mis hábitos alimenticios tenía una alta probabilidad de padecer cáncer de estómago o de esófago. Esto último motiva a cualquiera a intentar cuidarse al menos un poco, ya que el cáncer estomacal es el más doloroso existente y con una tasa de mortandad bastante alta.
Con todo y con eso, en Marzo tuve una pequeña recaida estomacal. Se supone que en los cambios de estación fría a caliente o viceversa es cuando suele doler más, es decir, en primavera y en otoño.
Pedí mi cita, como digo, y me la dieron... para ayer 8 de Mayo. Seis semanas después.
Tenía la cita apuntada en un post-it en el PC. Un post-it de estos digitales (7-sticky notes, se llama). La cita no se me olvidaba ni harta vino. Pero cometí un error bastante gordo, que fue no mirar el papel de la cita porque presuponía que sería en el Hospital nuevo de Cártama (bastante chachi, por cierto).
Cuando me levanté me monté en mi coche, abrí el papel y me encontré lo siguiente:
- Un sitio.
- Una dirección.
Según el GPS, el sitio era el hospital clínico Virgen de la Victoria, en Málaga, pero la dirección abajo escrita pertenecía a una calle de Estación de Cártama, al lado de Cártama. A 30 minutos entre un sitio y otro ¿Cómo era posible?
Raro en mi, había salido ese día con el tiempoi más justo que un dedo en el culo, así que opté por ir al sitio más cercano a mi, que era la estación de Cártama.
Llegué a las 8:50. A las 9:00 tenía la cita. Tiempo de sobras. Estaba justo en el sitio, pero daba vueltas y vueltas... y no encontraba ningún hospital. Era allí, en esa calle, en ese sitio, pero no había hospital alguno en los alrededores.
— Mierda, aquí no es, joder.
Salgo con mi coche a toda lecha hacia Málaga rezando para que no hubiese radares móviles i helicópteros en todo el trao, pues la velocidad que llevaba legal muy legal no era. Aunque bueno, tampoco es legal robar y [se caga en los poíticos cual viejo jugando al dominó con su carajillo]. Al llegar entro deprisa al mostrador. Eran las 9:20. A pesar de echar tan solo 20 minutos, el tiempo que perdí saliendo de la estación y buscando era ya irrecuperable. COgí mi coche de vuelta, no sin pasar ciertas dificultades para salir del hospital con los gorrillas formando un sarao del quince y medio para aparcar peña, que parecía que la gente estaba aparcando el Discovery.
Salgo corriendo otra vez para la estación de Cártama. Llego lo más pronto posible pero... vuelvo a tener el mismo problema. El hospital es un puzzle del profesor Layton y para poder acceder a él antes tienes que resolver este puzzle creado pro el premio Nobel de matemáticas en colaboración con Satanás. Se me ocurre hacer aquello que se supone que debemos hacer cuando buscamos un sitio.
— Perdone... ¿El hospital?
— ¿Er centro zalú? Zí, é ehte.
Señala a mis espaldas. Lo que me encuentro podría ser un centro comercial, un museo, el puto castillo de Cenicienta... pero un hospital no. De hecho, ni siquiera pone ningún cartel que indique que es algo relacionado con la salud.
Entro todo enfadado y voy derecho al mostrador de la unidad de gastroenterología. Eran ya las 9:55.
— Hola buenas, que mire me he perdido y he llegado bastante tarde.
— Vale.
— ...
Ingénuo de mi. En otros lugares tienen citas para la gente que le pasa cosas de estas. Aquí no. El de adentro habrá adelantado las citas, y va a terminar hoy 30 minutos antes por sus huevos morenos porque para mi no hay hueco. Pero el señor me ha visto el mohín que he hecho con la cara y ha decidido hablar con el doctor. Vuelve con noticias.
— No. Que dice que no.
— Joder...
— ¡Pero no se preocupe, señor! Con este mismo papel usted va a su centro de salud y pide otra cita explciando los motivos. Le darán otra para lo antes posible.
— Vale. Gracias
Así me pongo en marcha a mi pueblo. Otra vez. Llego al centro de salud. Allí me encuentro a mi prima.
— (Mierda, que no le he dicho nada ami madre por no preocuparla).
Efectivamente, a los 10 minutos ya tenía a mi madre diciendo "POR QUÉ NO ME HAS DICHO NAAAAAAAAAAAAAAAAAAÁ".
Me toca tras una larga hora de espera. De pie, obviamente. Porque se supone que los jóvenes debemos dejar que los viejos se sienten y... ¡HOSTIA UN ASIENTO LIBRE! ¡APÁRTESE SEÑORA!
Como digo, esperé los últimos 10 minutos sentado porque una señora vieja no es rival para mis jóvenes y fuertes piernas. Lo siento señora. El ciclo de la vida. En la prehistoria ya estaría muerta siendo devorada por algún animal de la selva africana. No sé... una ballena, por ejemplo.
Por fin me toca. Le saco el papel a la señora esta y le explico la situación esperando una nueva cita para dentro de una semana, a lo que ella contesta:
— Todo lo que le han contado es mentira.
Me esperaba que me dijesen "tómate esta pirula y descubre el mundo real, Neo", pero en vez de eso siguió con su discurso.
— Has de sacar cita para el médico de cabecera de nuevo.
— Errr, bueno, peus quiero sacar cita para el médico de cabecera.
— Imposible. Las citas se han de sacar con una semana de antelación. La próxima cita es para el Miércoles de la semana que viene.
— Bueno, eso es más de una semana.
— Sí, por eso usted tendría que volver el Miércoles otra vez aquí a sacar cita para que le den cita para el Miércoles de la semana que viene, si es que no se la han quitado ya claro, y que luego el médice de cabecera le de cita para el gastroenterólogo, que según esto el tiempo de espera mínimo es de... 49 días a partir de la solicitud de la cita.
— ¿Qué? Vamos a ver, que no me entero... Tengo que venir el Mércoles, para que me den una cita que me podríais dar ahora pero que por lo que veo tiene que ser con una semana exacta.
— Sí.
— Entonces tendre que venir otra vez el próximo Miércoles por la mañana, porque la cita es de mañana.
— Sí.
— Y tendría que perder un día de trabajo para que me den otra cita para el gastroenterólogo, también por la mañana, porque ya me dijo mi médico de cabecera que no tenía citas por las tardes, perdiendo otro día más de trabajo.
— Sí.
— ...
— ....
— Bueno, gracias. Creo que me convendrá más ir a otro sitio.
Salgo del centro de salud y llamo a una clínica privada de mi confianza. Pregunto precios. 75 napos me va a costar. Me suda la polla. Voy hasta Alhaurín de la Torre, me hago las pruebas, me dice que todo va guay y me voy a San Roque a echar gasoil en Gibraltar, que había hecho ya 260 Km ese día cuando llegué allí.
Llegué a Gibraltar a echar gasofa. Gibraltar es como las drogas: muy fácil entrar, muy difícil salir. Estuve 45 minutos con el sol dándome de cara, sin comer desde las 13:00, con una cola para salir monumental. Por fin llego a mi piso. Quería hacerme algo rico de comer para cenar y así compensar la caca de día. No había nada en la nevera. Pasaba de ir a comprar. Me hice una sopa de sobre.
Hoy Martes amanezco creyendo que va a ser un día rutinario de becario... pero no. La falta de sueño que acarreo últimamente empieza a notarse y eso infuye en el curro. Me he cargado hoy una muestra que doy gracias que tiene duplicado. Me cargué luego otra, con la que me corté, pero ya la había medido... No habría importado si no fuese porque se derramó en todo el teclado que la empresa acaba de comprar con los nuevos PCs. Afortunadamente, mi encargado de ese día lo secó con una goma que tenemos que echa aire seco para estas cosas.
Esta tarde me he hecho de comer al llegar, todo reventado. He querido echarme una siesta, pero unos gilipollas han empezado a cantar reggeaton en la puerta, con su respectiva música a todo volumen. No he podido pegar ojo, y eso que no tengo el sueño ligero precisamente. Luego de eso me ha dado un mini ataque de ansiedad.
Y luego me levanté, abrí el foro, fuí a jiñar y volví a poner este tochopost de rageo de como llevo esta semana. Bueno, en realidad me llevan pasando cosas desde el Viernes, pero eso es otra historia.
Salu2.