09-21-2011, 03:23 AM
(Este mensaje fue modificado por última vez en: 09-21-2011, 03:26 AM por Záresh.)
A continuación un tochopost que a nadie le importa de una meditación absurda. Advierto que es una opinión personal, no un dogma de fe
, y que además de no coincidir con vuestra opinión, perfectamente podría equivocarme al asumir cualquier cosa.
Si uno se pone a buscar realismo al daño que le hacen los enemigos, las caídas, los golpes y explosiones, el tiempo que aguanta un personaje colgado de una cornisa, lo que tarda en cansarse cuando corre y demás, no disfruta del juego. Si te paras a pensarlo, no, porque nunca son realistas. Ni lo son las tramas, ni lo son los personajes, ni las situaciones, ni la física, ni la biología. Son juegos, son ficción. Y como toda ficción, porque es una creación de un ser humano o de un colectivo, no es "realista" al milímetro porque no se puede recrear la realidad de esa manera. Y no puedes buscar que lo sea.
De hecho cuando buscas ficción de cualquier tipo, buscas que no sea realista. Un desafío está bien, pero si lo estás buscando en forma de juego es porque no aceptas todos los riesgos que supone meterse en una situación real similar. Es un juego, y porque es un juego, tiene que ser superable. Y para que sea superable, tiene que renunciar a porciones de realismo. Luego ya podemos meternos en la dificultad del desafío que plantea el juego: darle más toques realistas puede hacerlo más difícil, pero no creo que eso haga a un juego más real de verdad del todo.
Por otro lado creo que, como ficción, cada juego tiene sus normas y su lógica interna, y debería funcionar para el jugador dentro del juego. Cuando juegas, si esas "normas" son coherentes consigo mismas, las aceptas: abandonas el realismo "real" y aceptas ese compendio de "normas" del universo del juego como "reales". Das un salto de fe sin darte cuenta y te sumerges, como en los libros y en las películas. Y debería hacerse de forma natural, sin pensar.
Pondré un ejemplo. El Demons Souls que se ha mencionado no es realista. Es difícil, y en algunos aspectos imita la realidad: pero no es realista. Cuando te dan, el daño no es variable en las mismas condiciones (nadie da el mismo golpe igual dos veces, ni el impacto es siempre el mismo) ni de diferente intensidad según la parte del cuerpo. Al principio del juego te dan dos veces y ya estás muerto. Tampoco en la realidad te conviertes en un espectro con la mitad de vida, ni puedes aumentar tu resistencia a los golpes y las heridas (la barra de vida) por medio de la recolección de objetos. Y ya no nos metemos en dragones y demás fauna fantástica. Es curioso que asumamos sin problemas la irrealidad de los dragones y los zombies pero no la de los golpes que podemos resistir sin morirnos: las dos cosas son igual de "no reales" y muestra de que todo es pura ficción.
No sé si se ve claro lo que quiero decir, la verdad es que no se me está dando nada bien esto. Pero el caso es que no hay que confundir "dificultad" con "realismo", y no hay que pedirle peras al olmo. Si es ficción, es ficción. Y siempre que tenga coherencia interna y no chirríe los dientes, como si una cabra montesa resucita a mi personaje con magia borrás. O al menos eso creo.
O igual le doy demasiadas vueltas. El caso es que yo no voy sacándole las puntas a los juegos cuando juego pensando en que esto es real y esto no. Es un juego, es de mentira, va a tener fantasmadas a cascoporro: así que ignóralo y juega. De lo que suelo quejarme es de que el juego sea insufrible porque esté mal hecho: que no se entienda, se maneje mal, porque sea "feo" o porque sea aburrido.
A mí me gusta que los juegos sean desafiantes, pero sin llegar a ser hostiles. Cuando son hostiles ya no son divertidos. A mucha gente lo que le gusta es que no tenga que invertir toda su vida en jugarlo: que pueda echar un par de partidas divertidas en sus ratos libres y ya. Supongo que por eso ahora los juegos son o cortos, o fáciles o te permiten grabar en cualquier momento (lo de grabar en cualquier momento sinceramente me parece que deberían tenerlo todos los juegos. No hay nada peor que perder una hora de partida por no poder grabar cuando tienes que marcharte a otro sitio por una urgencia).

Si uno se pone a buscar realismo al daño que le hacen los enemigos, las caídas, los golpes y explosiones, el tiempo que aguanta un personaje colgado de una cornisa, lo que tarda en cansarse cuando corre y demás, no disfruta del juego. Si te paras a pensarlo, no, porque nunca son realistas. Ni lo son las tramas, ni lo son los personajes, ni las situaciones, ni la física, ni la biología. Son juegos, son ficción. Y como toda ficción, porque es una creación de un ser humano o de un colectivo, no es "realista" al milímetro porque no se puede recrear la realidad de esa manera. Y no puedes buscar que lo sea.
De hecho cuando buscas ficción de cualquier tipo, buscas que no sea realista. Un desafío está bien, pero si lo estás buscando en forma de juego es porque no aceptas todos los riesgos que supone meterse en una situación real similar. Es un juego, y porque es un juego, tiene que ser superable. Y para que sea superable, tiene que renunciar a porciones de realismo. Luego ya podemos meternos en la dificultad del desafío que plantea el juego: darle más toques realistas puede hacerlo más difícil, pero no creo que eso haga a un juego más real de verdad del todo.
Por otro lado creo que, como ficción, cada juego tiene sus normas y su lógica interna, y debería funcionar para el jugador dentro del juego. Cuando juegas, si esas "normas" son coherentes consigo mismas, las aceptas: abandonas el realismo "real" y aceptas ese compendio de "normas" del universo del juego como "reales". Das un salto de fe sin darte cuenta y te sumerges, como en los libros y en las películas. Y debería hacerse de forma natural, sin pensar.
Pondré un ejemplo. El Demons Souls que se ha mencionado no es realista. Es difícil, y en algunos aspectos imita la realidad: pero no es realista. Cuando te dan, el daño no es variable en las mismas condiciones (nadie da el mismo golpe igual dos veces, ni el impacto es siempre el mismo) ni de diferente intensidad según la parte del cuerpo. Al principio del juego te dan dos veces y ya estás muerto. Tampoco en la realidad te conviertes en un espectro con la mitad de vida, ni puedes aumentar tu resistencia a los golpes y las heridas (la barra de vida) por medio de la recolección de objetos. Y ya no nos metemos en dragones y demás fauna fantástica. Es curioso que asumamos sin problemas la irrealidad de los dragones y los zombies pero no la de los golpes que podemos resistir sin morirnos: las dos cosas son igual de "no reales" y muestra de que todo es pura ficción.
No sé si se ve claro lo que quiero decir, la verdad es que no se me está dando nada bien esto. Pero el caso es que no hay que confundir "dificultad" con "realismo", y no hay que pedirle peras al olmo. Si es ficción, es ficción. Y siempre que tenga coherencia interna y no chirríe los dientes, como si una cabra montesa resucita a mi personaje con magia borrás. O al menos eso creo.
O igual le doy demasiadas vueltas. El caso es que yo no voy sacándole las puntas a los juegos cuando juego pensando en que esto es real y esto no. Es un juego, es de mentira, va a tener fantasmadas a cascoporro: así que ignóralo y juega. De lo que suelo quejarme es de que el juego sea insufrible porque esté mal hecho: que no se entienda, se maneje mal, porque sea "feo" o porque sea aburrido.
A mí me gusta que los juegos sean desafiantes, pero sin llegar a ser hostiles. Cuando son hostiles ya no son divertidos. A mucha gente lo que le gusta es que no tenga que invertir toda su vida en jugarlo: que pueda echar un par de partidas divertidas en sus ratos libres y ya. Supongo que por eso ahora los juegos son o cortos, o fáciles o te permiten grabar en cualquier momento (lo de grabar en cualquier momento sinceramente me parece que deberían tenerlo todos los juegos. No hay nada peor que perder una hora de partida por no poder grabar cuando tienes que marcharte a otro sitio por una urgencia).
JEWEL Sentai: Turquoise Záresh
"Zura janai... Katsura da!", Katsura Kotarou, en Gintama
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