09-20-2012, 03:54 PM
(Este mensaje fue modificado por última vez en: 09-20-2012, 07:41 PM por CucuFaiter.)
ANLIUM, pero esta mañana me he sentido Nacho Vidal.
El movil me suena a las 7:30, hora más que decente para levantarse, pues madrugar más estos dias es tontería porque a las 7:30 todavía no se ve una mierrrrrrda y levantarse a las 7:00 para llegar a esa hora es un poco estúpido.
Me levanto con la típica tienda de campaña. "Ah, he vuelto a los 19", pienso. Con los ojos pegados me dirijo dando bandazos hasta el cuarto de baño para echar la meada mañanera de turno. Desde mi cuarto al cuarto de baño no hay mucha distancia, pero llegar a él me supone una terrible tarea todas las mañanas hasta que mi sentido del equilibrio se reestablece. Mi estantería ha sufrido en innumerables ocasiones las consecuencias de estos bandazos, mejor dicho, las cosas que tengo en ella. Por eso no tengo figuritas allí. Una estantería más vieja de tablones más delgados a muerto ya a causa de esto.
El caso es que llego al vater con menos tropezones dados contra muebles de los que necesito para despertarme y dispuesto a soltar a la bestia, pero cuando intento bajarme el calzoncillo no puedo. La tienda de campaña parece imposibilitar de alguna manera dicha tarea. Nunca me habia pasado, así que me extraño y me espabilo un poco.
Enciendo la luz del cuarto baño a ver que pasa.
Entonces me encuentro con que "el palo" de mi tienda de campaña ha atravesado literalmente las dos telas que la separan del exterior. Asomaba alegremente por el agujero, mirándome, como diciendo "Mirame, tio ¡Soy... la... POLLA! ¡FIESTAAAA!"
-Joder, ¡Que esto ha entrado en modo berseker por la noche y ha reventado todo!
Sentí miedo y orgullo de aquella cosa colgandera. "Hoy sólo me ha agujereado unos calzoncillos, pero mañana... mañana me levanto con un boquete en la cabeza como una boca de Metro. Y después... ¡Después conquistará el mundo! ¡Muahahahaaaaa...!".
Por fin me bajo los calzoncillos y me los quito con el fin de analizarlos. Miro el agujero, el cual no se encuentra exactamente en el centro, sino un poco a la izquierda. "Esto no ha podido ser, la mia escora hacia el otro lado", pienso.
Entonces cojo la tela de alrededor del agujero y veo que deshace en mis manos. Toda la tela del "frontal" se encuentra en el mismo estado, como muy pasada, como si le hubiese estado dando el sol mil años, a pesar de que los calzoncillos eran nuevos.
Desilusión y tranquilidad por haber resulto el misterio. Al final todo era fruto de un mal lavado o un defecto de fábrica. Total, son calzoncillos de rebajas ¡Qué te puedes esperar de ellos!
Me pongo otros calzoncillos, meo, desayuno, me vicio un poco al PC esperando que madrugue, y a tirar para el curro con todavia la extraña y risible sensación que me habia dejado en el cuerpo el haberme sentido Nacho Vidal durante dos minutos de mi vida.
El movil me suena a las 7:30, hora más que decente para levantarse, pues madrugar más estos dias es tontería porque a las 7:30 todavía no se ve una mierrrrrrda y levantarse a las 7:00 para llegar a esa hora es un poco estúpido.
Me levanto con la típica tienda de campaña. "Ah, he vuelto a los 19", pienso. Con los ojos pegados me dirijo dando bandazos hasta el cuarto de baño para echar la meada mañanera de turno. Desde mi cuarto al cuarto de baño no hay mucha distancia, pero llegar a él me supone una terrible tarea todas las mañanas hasta que mi sentido del equilibrio se reestablece. Mi estantería ha sufrido en innumerables ocasiones las consecuencias de estos bandazos, mejor dicho, las cosas que tengo en ella. Por eso no tengo figuritas allí. Una estantería más vieja de tablones más delgados a muerto ya a causa de esto.
El caso es que llego al vater con menos tropezones dados contra muebles de los que necesito para despertarme y dispuesto a soltar a la bestia, pero cuando intento bajarme el calzoncillo no puedo. La tienda de campaña parece imposibilitar de alguna manera dicha tarea. Nunca me habia pasado, así que me extraño y me espabilo un poco.
Enciendo la luz del cuarto baño a ver que pasa.
Entonces me encuentro con que "el palo" de mi tienda de campaña ha atravesado literalmente las dos telas que la separan del exterior. Asomaba alegremente por el agujero, mirándome, como diciendo "Mirame, tio ¡Soy... la... POLLA! ¡FIESTAAAA!"
-Joder, ¡Que esto ha entrado en modo berseker por la noche y ha reventado todo!
Sentí miedo y orgullo de aquella cosa colgandera. "Hoy sólo me ha agujereado unos calzoncillos, pero mañana... mañana me levanto con un boquete en la cabeza como una boca de Metro. Y después... ¡Después conquistará el mundo! ¡Muahahahaaaaa...!".
Por fin me bajo los calzoncillos y me los quito con el fin de analizarlos. Miro el agujero, el cual no se encuentra exactamente en el centro, sino un poco a la izquierda. "Esto no ha podido ser, la mia escora hacia el otro lado", pienso.
Entonces cojo la tela de alrededor del agujero y veo que deshace en mis manos. Toda la tela del "frontal" se encuentra en el mismo estado, como muy pasada, como si le hubiese estado dando el sol mil años, a pesar de que los calzoncillos eran nuevos.
Desilusión y tranquilidad por haber resulto el misterio. Al final todo era fruto de un mal lavado o un defecto de fábrica. Total, son calzoncillos de rebajas ¡Qué te puedes esperar de ellos!
Me pongo otros calzoncillos, meo, desayuno, me vicio un poco al PC esperando que madrugue, y a tirar para el curro con todavia la extraña y risible sensación que me habia dejado en el cuerpo el haberme sentido Nacho Vidal durante dos minutos de mi vida.