02-17-2013, 10:15 PM
(Este mensaje fue modificado por última vez en: 02-17-2013, 10:17 PM por CucuFaiter.)
Coño, ¿Eso es la firma? Creí que era una imagen random xDDD
Así que bombero, jum...
Hace un tiempo vi lo que me pareció una actuación penosa de unos bomberos de un pueblo de aquí al lado (porque en el mio no hay bomberos y tienen que venir los bomberos de los pueblos que sí salen en los mapas y las señales de la carretera).
Ya lo conté aquí, así que resumo un poco y... a la mierda el resumen. Lo estaba escribiendo y me estaba saliendo el tocho.
En fin. Esto sucedió hace algún tiempo, en el Verano de 2007, cuando yo aún estaba de carpintero en la Escuela Taller. Resulta que mi amigo, que tenía coche, me solía dejar en la calle que estaba perpendicular a la calle que está mi casa, pues así le cogía mejor para ir a la suya y a la del otro que venía en el coche (eran vecinos).
Una de esas veces, cuando me soltaron, me encontré con una mujer anciana me pedía ayuda.
-Niño, ayúdame, que mi nieta se ha quedado encerrada en el coche y no la podemos sacar porque las llaves están dentro.
Miro dentro y, efectivamente, hay una niña de unos dos o tres años en una sillita para niños en el asiento de detrás del copiloto. La niña se rie y nos mira. Veo que las llaves están junto a la palanca de cambios.
-No se preocupe señora, mis amigos y yo sacaremos a su nieta ensegui...
-[ÑIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIK]- El coche sale quemando goma del lugar y me quedo señalando, con la boca abierta, a la humareda donde antes había un coche con mis amigos dentro.
-Errr, bueno, no se precupe que ya la saco yo.
Entonces viene una señora histérica que parecía sacada de Ally McBeal hablando a voces (gesticulación violenta incluida) por un movil. Deduje que era la madre.
-¡Ya he llamado a los bomberos!-le dice a su madre.
-Señora, no hace falta que vengan los bomberos. Mire, el chaval aquel del taller de metálica acaba de salir. Puede abrir de nuevo el taller y nos puede dejar un martillo de esos de cabeza redonda, rompemos el cristal y ya tiene a su hija fuera.
-¡NO! Porque los bomberos tienen una máquina especial que abre la puerta sin necesidad de romper el cristal. Así em lo cubre el seguro del coche (no se lo cubría) y no me llenan a la niña de cristales.
-Pero señora...
-¡Los bomberos ya vienen!
-Señora, para evitar que la niña se llene de cristales puedo romper el cristal de la puerta del conductor. Así, al haber asientos de pormedio, no llenaré a su hija de cristales.
-¡Los bomberos, blablablá...!
En fin, la mujer empezó a ir de su casa al coche y del coche a su casa mientras yo vigilaba a la niña que nada le pasase y a la anciana.
-Le digo ya que como a la niña le ocurra lo más mínimo cojo aquella piedra y reviento el cristal-Le dije de mala gana. El chaval del taller ya se había ido. ya tenía la "piedra" buscada. Era un cacho de escombros, perteneciente a muro derribado, con forma de ariete, así alargado. Mucha masa requiere poca velocidad para romper el cristal, lo que dsiminuye el riesgo de rebozar a la niña en cristales.
La niña se reía. Supongo que como los niños tienen el sistema nervioso central menos desarrollado pues no notaba que debía de estar deshidratándose. Sudaba como un pollo. Nos veía y, por lo que se ve, le parecía gracioso los gestos histéricos de su madre y la cara de disgusto mia y de su abuela.
Pasaron 15 minutos. Los bomberos ya debian de estar al llegar. La niña entonces dejó de reir y se puso a llorar. Insistí en romper la ventana mientras la madre me lo impedía con argumentos que me pareian estúpidos.
Entonces la niña... dejó de llorar. Se quedó en silencio. Con los ojos cerrado y la boca abierta. La miré horrorizado y fuí a reventar el puto cristal.
Sirenas. Los bomberos vienen por la curva. La madre les hace señales. Desde que la niña paró de llorar habrian pasado unos 30 segundos. Se bajan. El que supongo que era el jefe de bomberos analiza la situación de la siguiente manera. Mira el coche, ve la niña.
-La niña está atrapada. Hay que sacarla.
Coje un hacha extraña que lleva en el camión con la intención de romper el cristal, pero era el del copiloto. "Bueno, será zurdo, los cristales saldrán hacia delante" pensé... erroneamente.
Tres golpes certeros y el cristal se pulveriza. Los pequeño vidrios son catapultados hacia atrás y caen sobre la niña que empieza a llorar de nuevo mientras que la madre lo único que hace es llevarse las manos a la boca y ahogar un grito. El bombero coje las llaves. Le da a abrir las puertas y la madre coje a su hija.
En silencio, con una cara que representaba alegría y verguenza al mismo tiempo, le quita unos cuantos cristales de dentro de los pañales.
-Mi niña...
Y se va. No da las gracias a nadie. Los bomberos, con la satisfacción del deber cumplido, se marchan tambien. Me quedo solo con la abuela, la cual me da las gracias. Después me enteré de que tenía demecia, la enfermedad de la que murió mi abuela. Es curioso, pues me pareció la más cuerda en aquel momento.
Yo ya estaba resentido con los bomberos, pues dejaron arder una sierra entera sólo porque se habiab equivocado de sitio. la mujer que inició el incendio accidentalmente (una chispa de su coche estropeado) llamó inmediatamente y avisó de que se había producido un incendio en el cementerio. Los bomberos se equivocaron de cementerio y, cuando la mujer llamó de nuevo asustada porque el fuego ya se estaba extendiendo, no la creyeron y se burlaron de ella. La mujer huyó de allí a pata.
Cuando por fin se dieron cuenta de que había un incendio ya era demasiado tarde. El infierno que allí había no lo apagaba ni Diox. La sierra, carreteras, casas, huertas... todo arrasado. Un paisaje bonito hecho carbonilla sólo porque no creyeron a una mujer inglesa ¿Acaso creía que la llamaban para burlarse o gastarles una broma?
Entre lo de la sierra y lo de la niña del coche pensé "Estos tios están gilipollas. Mucho valor, mucho músculo y poco cerebro ¡Yo podría hacerlo mejor!".
Y ahí es cuando pensé en convertirme en bombero.
Pensé en sacarme el bachillé (no lo tengo) y hacer oposiciones, pero en mi casa son muy así y no confiaron en mis posibilidades. Básicamente me insinuaron que si iba a ser carpintero no me merecía sacarme unas oposiciones que yo no era capaz de sacar. La idea se fue de mi cabeza tan pronto como vino.
Ahora trabajo en el campo porque la construcción se vino abajo y no puedo sacarme el bachillé porque los centros están saturados. Tócate los huevos.
Mi fe en los bomberos se restauró hace poco cuando el incendio que se originó aquí en Málaga casi arrasa mi pueblo, que está en la falda de la sierra. Afortunadamente el viento cambió y con él, el fuego.
Cuando ví aquella inmesa columna de humo sobre mi cabeza brillando, tan espesa... me acojoné mucho. La ceniza me caía como si fuese nieve estando el incendio a tanta distancia.
Y, sin embargo, allí estaban los bomberos echándole cojones a la cosa. En tres dias no paré de ver figuritas moviéndose en la lejanía. Me jodió que los helicópteros no pudiesen trabajar de noche, lo cual hizo que el incendio se extendiese aquella noche. Un par de horas más de sol y lo hubiesen controlado.
Al final la conclusión fue que, si yo lo estaba pasando mal estando lejos del incendio, como lo tendrían que estar pasando ellos. No pude ni imaginármelo.
Y bueno... así fue como los bomberos se ganaron mi respeto xDDDD
Ea, ya tienes tu tochopost de bienvenida.
PD: Tocho escrito con todo el sueño del mundo. Disculpen las tonterias que haya podido decir, las cosas malinterpretables y las faltas de ortografía.
Así que bombero, jum...
Hace un tiempo vi lo que me pareció una actuación penosa de unos bomberos de un pueblo de aquí al lado (porque en el mio no hay bomberos y tienen que venir los bomberos de los pueblos que sí salen en los mapas y las señales de la carretera).
Ya lo conté aquí, así que resumo un poco y... a la mierda el resumen. Lo estaba escribiendo y me estaba saliendo el tocho.
En fin. Esto sucedió hace algún tiempo, en el Verano de 2007, cuando yo aún estaba de carpintero en la Escuela Taller. Resulta que mi amigo, que tenía coche, me solía dejar en la calle que estaba perpendicular a la calle que está mi casa, pues así le cogía mejor para ir a la suya y a la del otro que venía en el coche (eran vecinos).
Una de esas veces, cuando me soltaron, me encontré con una mujer anciana me pedía ayuda.
-Niño, ayúdame, que mi nieta se ha quedado encerrada en el coche y no la podemos sacar porque las llaves están dentro.
Miro dentro y, efectivamente, hay una niña de unos dos o tres años en una sillita para niños en el asiento de detrás del copiloto. La niña se rie y nos mira. Veo que las llaves están junto a la palanca de cambios.
-No se preocupe señora, mis amigos y yo sacaremos a su nieta ensegui...
-[ÑIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIK]- El coche sale quemando goma del lugar y me quedo señalando, con la boca abierta, a la humareda donde antes había un coche con mis amigos dentro.
-Errr, bueno, no se precupe que ya la saco yo.
Entonces viene una señora histérica que parecía sacada de Ally McBeal hablando a voces (gesticulación violenta incluida) por un movil. Deduje que era la madre.
-¡Ya he llamado a los bomberos!-le dice a su madre.
-Señora, no hace falta que vengan los bomberos. Mire, el chaval aquel del taller de metálica acaba de salir. Puede abrir de nuevo el taller y nos puede dejar un martillo de esos de cabeza redonda, rompemos el cristal y ya tiene a su hija fuera.
-¡NO! Porque los bomberos tienen una máquina especial que abre la puerta sin necesidad de romper el cristal. Así em lo cubre el seguro del coche (no se lo cubría) y no me llenan a la niña de cristales.
-Pero señora...
-¡Los bomberos ya vienen!
-Señora, para evitar que la niña se llene de cristales puedo romper el cristal de la puerta del conductor. Así, al haber asientos de pormedio, no llenaré a su hija de cristales.
-¡Los bomberos, blablablá...!
En fin, la mujer empezó a ir de su casa al coche y del coche a su casa mientras yo vigilaba a la niña que nada le pasase y a la anciana.
-Le digo ya que como a la niña le ocurra lo más mínimo cojo aquella piedra y reviento el cristal-Le dije de mala gana. El chaval del taller ya se había ido. ya tenía la "piedra" buscada. Era un cacho de escombros, perteneciente a muro derribado, con forma de ariete, así alargado. Mucha masa requiere poca velocidad para romper el cristal, lo que dsiminuye el riesgo de rebozar a la niña en cristales.
La niña se reía. Supongo que como los niños tienen el sistema nervioso central menos desarrollado pues no notaba que debía de estar deshidratándose. Sudaba como un pollo. Nos veía y, por lo que se ve, le parecía gracioso los gestos histéricos de su madre y la cara de disgusto mia y de su abuela.
Pasaron 15 minutos. Los bomberos ya debian de estar al llegar. La niña entonces dejó de reir y se puso a llorar. Insistí en romper la ventana mientras la madre me lo impedía con argumentos que me pareian estúpidos.
Entonces la niña... dejó de llorar. Se quedó en silencio. Con los ojos cerrado y la boca abierta. La miré horrorizado y fuí a reventar el puto cristal.
Sirenas. Los bomberos vienen por la curva. La madre les hace señales. Desde que la niña paró de llorar habrian pasado unos 30 segundos. Se bajan. El que supongo que era el jefe de bomberos analiza la situación de la siguiente manera. Mira el coche, ve la niña.
-La niña está atrapada. Hay que sacarla.
Coje un hacha extraña que lleva en el camión con la intención de romper el cristal, pero era el del copiloto. "Bueno, será zurdo, los cristales saldrán hacia delante" pensé... erroneamente.
Tres golpes certeros y el cristal se pulveriza. Los pequeño vidrios son catapultados hacia atrás y caen sobre la niña que empieza a llorar de nuevo mientras que la madre lo único que hace es llevarse las manos a la boca y ahogar un grito. El bombero coje las llaves. Le da a abrir las puertas y la madre coje a su hija.
En silencio, con una cara que representaba alegría y verguenza al mismo tiempo, le quita unos cuantos cristales de dentro de los pañales.
-Mi niña...
Y se va. No da las gracias a nadie. Los bomberos, con la satisfacción del deber cumplido, se marchan tambien. Me quedo solo con la abuela, la cual me da las gracias. Después me enteré de que tenía demecia, la enfermedad de la que murió mi abuela. Es curioso, pues me pareció la más cuerda en aquel momento.
Yo ya estaba resentido con los bomberos, pues dejaron arder una sierra entera sólo porque se habiab equivocado de sitio. la mujer que inició el incendio accidentalmente (una chispa de su coche estropeado) llamó inmediatamente y avisó de que se había producido un incendio en el cementerio. Los bomberos se equivocaron de cementerio y, cuando la mujer llamó de nuevo asustada porque el fuego ya se estaba extendiendo, no la creyeron y se burlaron de ella. La mujer huyó de allí a pata.
Cuando por fin se dieron cuenta de que había un incendio ya era demasiado tarde. El infierno que allí había no lo apagaba ni Diox. La sierra, carreteras, casas, huertas... todo arrasado. Un paisaje bonito hecho carbonilla sólo porque no creyeron a una mujer inglesa ¿Acaso creía que la llamaban para burlarse o gastarles una broma?
Entre lo de la sierra y lo de la niña del coche pensé "Estos tios están gilipollas. Mucho valor, mucho músculo y poco cerebro ¡Yo podría hacerlo mejor!".
Y ahí es cuando pensé en convertirme en bombero.
Pensé en sacarme el bachillé (no lo tengo) y hacer oposiciones, pero en mi casa son muy así y no confiaron en mis posibilidades. Básicamente me insinuaron que si iba a ser carpintero no me merecía sacarme unas oposiciones que yo no era capaz de sacar. La idea se fue de mi cabeza tan pronto como vino.
Ahora trabajo en el campo porque la construcción se vino abajo y no puedo sacarme el bachillé porque los centros están saturados. Tócate los huevos.
Mi fe en los bomberos se restauró hace poco cuando el incendio que se originó aquí en Málaga casi arrasa mi pueblo, que está en la falda de la sierra. Afortunadamente el viento cambió y con él, el fuego.
Cuando ví aquella inmesa columna de humo sobre mi cabeza brillando, tan espesa... me acojoné mucho. La ceniza me caía como si fuese nieve estando el incendio a tanta distancia.
Y, sin embargo, allí estaban los bomberos echándole cojones a la cosa. En tres dias no paré de ver figuritas moviéndose en la lejanía. Me jodió que los helicópteros no pudiesen trabajar de noche, lo cual hizo que el incendio se extendiese aquella noche. Un par de horas más de sol y lo hubiesen controlado.
Al final la conclusión fue que, si yo lo estaba pasando mal estando lejos del incendio, como lo tendrían que estar pasando ellos. No pude ni imaginármelo.
Y bueno... así fue como los bomberos se ganaron mi respeto xDDDD
Ea, ya tienes tu tochopost de bienvenida.
PD: Tocho escrito con todo el sueño del mundo. Disculpen las tonterias que haya podido decir, las cosas malinterpretables y las faltas de ortografía.