A nadie le importa una mierda, pero... v13

[CucuFaiter]

ANLIUM, pero hoy, tras llevar a mi hermana a la estación de autobuses, he ido a preguntar por aquello del curso de Japonés.

El edifico en el que se encontraba el Centro de Cultura Asiática se encontraba en la Avenida de Andalucía, en el 27. Tras perderme un poco conseguí lo que quería, que era recorrer la calle en dirección contraria (por aquello de que me cojía mejor para el camino de vuelta a mi pueblo) y aparco en una callejuela. me bajo y echo a andar.

Miro los edificios:

-Hum... este es el 47 ¿Estará muy lejos el 27?
-¡CUCU!
-¡AHG, ¿qué es esa voz?! ¡Las nubes se abren! ¿De quien es ese rostro?
-Soy X51.
-¡Jarl!
-Recuerda las palabras que te dije aquel día...
-¿Que qué buena estaba la tia vestida de Marceline?
-Errrr... no, lo otro.
-¿Que mientras más al centro vaya los números de las casas son más pequeños?
-Sasto.
-¡Gracias X51!
-Que la fuerza te acompañe, Cucu. Post Data: Me debes una cerveza.

Tras mi esotérica visión andé hacia el centro de Málaga. No tenía ni puta idea de cual era el edificio nº 27, pero supuse en la acera que estaría.

Pensé que al estar en el 47 el 27 estaría "ahí al lao"... pero no. Vaya puta pataleta me pegué, como un kilómetro o así. Tras un rato andando le pregunté a un señor:

-Perdone, busco el 27 de la AV. de Andalucía.
-Si, es este.

Era el que tenía al lado.

Busqué entre los numerosos carteles alguno que me indicase que aquel era efectivamente el edifico que buscaba. Finalmente encontré un cartel rojo con un rostro tal que así:



Había llegado a mi destino, pero al intentar entrar me fijo en que allí sólo hay una tienda de muebles.

-Hum... diría que esto no es.
-¡CUCU!
-¡Ahg, ¿qué es lo que pasa?! ¡Las nubes se abren! ¿De quien es ese rostro?
-Soy la representación antropomórfica del conjunto de seres AUnderianos que conociste en Barna.
-¡Jarl!
-¡Recuerda tus andurriales por Barcelona! Ahora eres experto en patearte ciudades. Deberias ser capaz de resolver este pequeño acertijo que la vida de ciudad te presenta.
-Gracias, oh magnánimo ser AUnderiano.
-Y recuerda que nos debes cervezas a todos.
-Esto... no recuerdo haber prometid...
-Nos debes cervezas Y TE CALLAS.

Entonces caigo en la cuenta de que al lado de la tienda de muebles hay un pequeño portal. Entro y llego al edificio en el que se encuentra el Centro de Cultura Asiática.

Por lo que se ve en el edificio hay varios negocios, desde abogados a ginecólogos pasando por centros que se dedican a cosas misteriosas que no se pueden adivinar por sus rimbombantes nombres.

Un cartel a la entrada me indica que existen un total de 26 habitáculos cada uno con su negocio. El cartel me representa todo esto con los logotipos de dichos negiocios con el número al lado. El último de todos es el Centro de Cultura Asiática, es decir, el 26. Miro a las escaleras, unas van a la izquierda con los habitáculos de 1 al 13. Las de la derecha van del 14 al 26. Cojo mis escaleras de la derecha y busco el habitáculo 26.

-18... 19... 20... ... ... ¡Aquí está el 25! Al lado debe de estar el... ¿Dónde está el 26?

El 26 no estaba, no existía, era un producto de mi imaginación, un error de Matrix, una anomalía dimesional, como la honradez de un político o el amor al jabón de un hippie.

Doy vueltas cual pollo sin cabeza buscando el 26. Por mas vueltas en círculos que doy el 26 no aparece. Lo único que hay al lado del 25 es una larga pared sin nada.

Entonces:

-¡CUCU!
-¡Ahg, ¿qué es lo que pasa?! ¡Las nubes se abren! ¡Puedo verlo a pesar de estar bajo techo! ¿De quien es ese rostro?
-Soy de Jazztel. Tenemos una oferta que puede interesarle.
-¡QUE YO YA ESTOY CON JAZZTEL!
-Bueno, pero que sepa que nos debe dinero. Dinero en cervezas.

Decido pegar en uno de los negocios, concretamente el 25 (un despacho de abogados), a ver si me pueden indicar donde está el 26. No abre nadie. Me voy al 24, pero es un ginecólogo y paso de tocar por razones obvias. Luego me arrepentí. Hubiese sido gracioso ver la cara que pone el que me abre al ver a un tio llamando a su puerta. Así voy pegando en todos los negocios que se me ocurre, pero nadie abre. No hay nadie. Está desierto.

Decido buscar a alguien en el exterior. Si por casualidad entrase alguien querría decir que había probabilidades de que conociese el edificio, ergo podría preguntarle por el 26.

Al dirigirme a las escaleras por las que había subido me fijo en una pared pintada de llamativos colores cálidos. En ella hay un cartel:

-"Centro de Cultura Asiática - Exposición".

El cartel está al lado de una puerta metálica roja. Ni puta idea de como no he visto este bukkake de colores al subir las escaleras. Miro al final del pasillo. Allí hay una puerta abierta:

-"Centro de Cultura Asiática".

Por fin.

Allí hay una chavala muy maja que me atiende.

-has llegado muy bien, ya que el curso empieza la próxima semana. Las clases serian Lunes y Miércoles de 19:00 a 21:00.
-¿No dais clases otros dias?
-Hombre... había otro chaval que quería los Martes y los Jueves.
-¡Perfecto me viene!
-Bueno voy a ver si logro que los demás acepten este horario.
-(¿Pero cómo va a convencer esta señora a TANTÍSIMOS alumnos de cambiar sus horarios?).
-Llamaré a los otros dos a ver que dicen.
-(¿eing?)

Sí, si todo va según lo previsto seremos 4.

Creí que aquello estaría "petao" y al final habemos cuatro gatos, nunca mejor dicho.

Y el tema de los precios... pues es bastante carillo. Según el folleto la opción más barata para todo el ciclo de 200 horas me sale a 6,75€ la hora, unos 1315 euros en total. Cada ciclo está divido en cuatro módulos de 50 horas, que se pueden pagar en cuatro plazos, pero te sale más caro: a 7,3€ la hora. Aunque mirando otros precios de otras escuelas de otros idiomas pues está bastante en la tónica.

En fin, alea jacta est. El que algo quiere algo le cuesta.

Al terminar la charla con aquella simpática señorita cojí mi folleto y me dispuse a regresar a mi coche, el cual había aparcado, como aquel que dice, en las putas habas, y volví sin más problemas.

Bueno, las rachas de viento me jugaron una mala pasada en la autovía, pero ya está xD

Así que si al final se cambia el horario pues me sumergiré en la tarea de aprender (algo) un idioma nuevo.

-¡CUCU!
-¡Ahg, ¿qué es lo que pasa?! ¡Las nubes se abren! ¿De quien es ese rostro?
-Shoy Rajoy. He oido que vash a gashtarte el dinero del eshtado en aprender coshash inútilesh en vez de darshelo al gloriosho Eshtado Eshpañol ¡Quiero tu dinero! ¡Dame tu dinero! ¡Gimme your fakin money, madafaca!
-Un pelo de su bigote... un cojón... una bandera de España... sangre de Pocholo... ¡Transmutación!
-¡OH NO, eshtá trashmutando al todopoderosho FRANCO!
-¡Y España está tan mal que la puerta de la verdad me la han embargado y no me quitan nada! ¡MUAHAHHAAAAAAAA!
-¡NOOOOOOOOOOOOORRRRRLL...!

Y así fue como CucuFaiter se fusionó con Franco, hicieron la Genki Dama, y vencieron a Rajoy, devolviendo así la tranquilidad a las familias españolas. Después Franco volvió a su descanso eterno. Pero otros peligros acechaban España.

-Al fin... ha ocurrido ¡Preparad mi Gundam! Nos vamos a España.
-Si, senorita Merkel.
-Muahahaaaa, muahahaaaaaaaaaaa, ¡MUAHAHAAAAAAAAAAAAAAAA...!

¿Continuará?