09-19-2013, 09:34 AM
En segundo de carrera teníamos a un profe que acojonaba de verdad, aunque luego ibas a las tutorías y era el más majo, pero lo que es en clase... ¡madre mía! El primer día se presentaba así mismo siempre diciendo "¡Buenos días, yo soy ...ja, el de la polla floja! Y te pegaba unos gritos que se oían desde el aula de al lado. Cuando había que hacer ejercicios de cálculos de necesidades hídricas sacaba a alguien a la pizarra y comparaba la cantidad de agua con las veces que follabas a la semana (a grito pelao también). Un día un amigo y yo llegamos tarde a clase, nos voceó porque nos preguntó no me acuerdo qué y, como no teníamos ni idea, nos expulsó. Me dio tanto miedo que ese año no volví por clase. Al año siguiente descubrí que el truco para que no me preguntara nunca era sentarme junto delante de su mesa y mirarle fijamente en plan búho. Si la mesa se cambiaba de sitio algún día, yo también. Fumaba en clase unos puros enorme y apestosos y a veces te tiraba la ceniza cuando estabas distraído. También lanzaba tizas a los que no le hacían caso. Pero sí que era majo. De verdad.