10-15-2013, 06:11 AM
(Este mensaje fue modificado por última vez en: 10-15-2013, 06:12 AM por CucuFaiter.)
La primera vez que me hice una quemadura química no moló nada.
Mi padre estaba harto de inhalar gases tóxicos de curar los esquejes de alcachofas, así que tuvo una idea maravillosa. Llenaría la alberca pequeña, le echaría el líquido que le hiciese falta a esos litros de agua, y sumergeriamos, uno por uno, los esquejes de alcachofas.
Bueno, no sé como se sembrará por otros lados, pero aquí la alcachofa va de la siguiente manera: cuando acaba la vida util de la planta, se siega con un cortafilo. El resultado es un pequeño bulto lleno de palos en la tierra. Con un pico se corta la mitad del bulto ese, dejándose una mitad para que vuelva a nacer y la otra, con la ayuda de un hacha, se divide en tantos palos como haya. Cada palo se siembra individualmente y de él nace una planta de alcachofas.
Pero dichos palos suelen estar llenos de unos gusanos especialistas en roer cosas duras, así que tienen que ser tratados con el producto que puse en el primer enlace.
De ahí a que mi padre buscase un método rápido de cura mojando a la vez dichos palos, pues estos tienen que empezar a nacer fuera de la tierra, para ver cual es el que es útil y descartar el que esté "muerto".
Bueno, se llenó la alberca pequeña (yo que sé... tendrá como 1,7m x 1,1m x 1m) y se le echó líquido el que hacía falta. A continuación empezamos a introducir palos de aquellos uno por uno en aquel agua. Primero: Inhalabamos muchas más gases. Recuerdo como sentía como se encharcaban los pulmones. Segundo: Teníamos que meter los brazos.
Cuando llevaba un rato empecé a marearme ya toser. Entonces empecé a notar un pequeño picos en una zona del brazo concreta. No era en todo el brazo, solo en una pequeña porción. Como si fuese una "mancha" de dolor. Asustado le dije a mi padre que yo no volvía a hacer más aquello.
Al llegar a mi casa el picor se volvió dolor. Era muy extraño, porque me dolía como si me estuviesen quemando con una cerilla pero no se veía nada. Cuando se los dije e amis padres no me creyeron/no le dieron importancia al no ver nada en el brazo.
Sin embargo mi hermana sí me creyó, más aún cuando empecé a retorcerme de dolor y a interrumpirme hablando para emitir quejidos. Como el video ese de "lectura histérica" pero con dolor.
Dolía a rabiar. Como si me estuviesen quemando con lava perpetuamente. Ahora se veía algo, pero era de rascarme. Cuando me vió tan apurado echó mano a sus conocimientos de veterinaria y empezó a experimentar con mi brazo.
Me echó al principio todo tipo de guarradas: que si alcohol, betadine, polvos de talco... A cada vez me preguntaba "¿Cómo estás? ¿Te duele menos?" A lo que yo contestaba "¡¡NOOOOOOOOO...!! Digooo, no".
Al final me untó algo, no sé qué coño era, que conforme me lo iba untando el dolor iba desapareciendo. Para cuando terminó ya no me dolía nada de nada. Me quedé asombrado, la miré y le di las gracias casi con lágrimas en los ojos, pues a esas alturas estaba muy asustado y estaba preparándome para ir a Urgencias.
Cuando todo pasó me fui al salón y le dije a mi padre que no contara conmigo NUNCA MÁS para volver a hacer aquello. Se lo dije tan serio que no hemos vuelto a hacer nada así, más que nada porque mi tio también padeció aquello, pero en menor grado (decía sentir tan solo picor y cosquilleo), y se había tirado toda la noche sin dormir, que sino estos no me creen aunque venga House a recitarles mi diagnóstico en verso.
Desde entonces lo que se hace es llenar la alberca, echar las alcachofas dentro, echarle líquido y dejarlas allí nos minutos. Al cabo de un rato la alberca se vacía, las alcachofas se dejan allí tapadas con trapos húmedos y se espera hasta el siguiente día para volver a repetir la operación. Da buen resultado.
Después de eso me volvió a pasar, pero en la espalda por culpa de uno de estos roto. Se ve que la mezcla de líquidos que llevaba dentro no eran precisamente Nivea y Aloe vera, porque la espalda entera me empezó a arder y tuve que correr a echarme agua a la goma más gorda que encontré. Aunque aquella vez se quitó todo con un poco de agua.
Mi padre estaba harto de inhalar gases tóxicos de curar los esquejes de alcachofas, así que tuvo una idea maravillosa. Llenaría la alberca pequeña, le echaría el líquido que le hiciese falta a esos litros de agua, y sumergeriamos, uno por uno, los esquejes de alcachofas.
Bueno, no sé como se sembrará por otros lados, pero aquí la alcachofa va de la siguiente manera: cuando acaba la vida util de la planta, se siega con un cortafilo. El resultado es un pequeño bulto lleno de palos en la tierra. Con un pico se corta la mitad del bulto ese, dejándose una mitad para que vuelva a nacer y la otra, con la ayuda de un hacha, se divide en tantos palos como haya. Cada palo se siembra individualmente y de él nace una planta de alcachofas.
Pero dichos palos suelen estar llenos de unos gusanos especialistas en roer cosas duras, así que tienen que ser tratados con el producto que puse en el primer enlace.
De ahí a que mi padre buscase un método rápido de cura mojando a la vez dichos palos, pues estos tienen que empezar a nacer fuera de la tierra, para ver cual es el que es útil y descartar el que esté "muerto".
Bueno, se llenó la alberca pequeña (yo que sé... tendrá como 1,7m x 1,1m x 1m) y se le echó líquido el que hacía falta. A continuación empezamos a introducir palos de aquellos uno por uno en aquel agua. Primero: Inhalabamos muchas más gases. Recuerdo como sentía como se encharcaban los pulmones. Segundo: Teníamos que meter los brazos.
Cuando llevaba un rato empecé a marearme ya toser. Entonces empecé a notar un pequeño picos en una zona del brazo concreta. No era en todo el brazo, solo en una pequeña porción. Como si fuese una "mancha" de dolor. Asustado le dije a mi padre que yo no volvía a hacer más aquello.
Al llegar a mi casa el picor se volvió dolor. Era muy extraño, porque me dolía como si me estuviesen quemando con una cerilla pero no se veía nada. Cuando se los dije e amis padres no me creyeron/no le dieron importancia al no ver nada en el brazo.
Sin embargo mi hermana sí me creyó, más aún cuando empecé a retorcerme de dolor y a interrumpirme hablando para emitir quejidos. Como el video ese de "lectura histérica" pero con dolor.
Dolía a rabiar. Como si me estuviesen quemando con lava perpetuamente. Ahora se veía algo, pero era de rascarme. Cuando me vió tan apurado echó mano a sus conocimientos de veterinaria y empezó a experimentar con mi brazo.
Me echó al principio todo tipo de guarradas: que si alcohol, betadine, polvos de talco... A cada vez me preguntaba "¿Cómo estás? ¿Te duele menos?" A lo que yo contestaba "¡¡NOOOOOOOOO...!! Digooo, no".
Al final me untó algo, no sé qué coño era, que conforme me lo iba untando el dolor iba desapareciendo. Para cuando terminó ya no me dolía nada de nada. Me quedé asombrado, la miré y le di las gracias casi con lágrimas en los ojos, pues a esas alturas estaba muy asustado y estaba preparándome para ir a Urgencias.
Cuando todo pasó me fui al salón y le dije a mi padre que no contara conmigo NUNCA MÁS para volver a hacer aquello. Se lo dije tan serio que no hemos vuelto a hacer nada así, más que nada porque mi tio también padeció aquello, pero en menor grado (decía sentir tan solo picor y cosquilleo), y se había tirado toda la noche sin dormir, que sino estos no me creen aunque venga House a recitarles mi diagnóstico en verso.
Desde entonces lo que se hace es llenar la alberca, echar las alcachofas dentro, echarle líquido y dejarlas allí nos minutos. Al cabo de un rato la alberca se vacía, las alcachofas se dejan allí tapadas con trapos húmedos y se espera hasta el siguiente día para volver a repetir la operación. Da buen resultado.
Después de eso me volvió a pasar, pero en la espalda por culpa de uno de estos roto. Se ve que la mezcla de líquidos que llevaba dentro no eran precisamente Nivea y Aloe vera, porque la espalda entera me empezó a arder y tuve que correr a echarme agua a la goma más gorda que encontré. Aunque aquella vez se quitó todo con un poco de agua.