11-06-2016, 10:57 AM
ANLIUM, pero me he venido a vivir/trabajar a Sevilla de manera permanente (o todo lo permanente que se puede considerar un traslado porque tu empresa te lo endiña).
Ha sido un mes de lo más puto estresante, desde el primer momento en que volví a la empresa después del permiso por matrimonio. En ese momento, yo aun estaba en Algeciras. Pero fue volver al curro, tratar el tema del traslado con mi superior e irse todo a la porra.
A modo de trasfondo, diré que yo vine a la sede de Sevilla en Agosto durante una semana para recibir formación, y ahí ya mi responsable me dijo que me necesitaba aquí y tal. Yo le dije que bueno, que no tenía ningún inconveniente, pero que tenía la boda por delante y que hasta noviembre por lo menos no podría venir, entre pitos y flautas, a lo que él dijo que bueno, que vale. E incluso que no me preocupara por los gastos derivados de la mudanza porque la empresa me ayudaría con eso (sin entrar a concretar demasiado, y sin ningún papel de por medio).
Como decía, a la vuelta del permiso, hablo con él de nuevo. Le digo que quiero ir, pero que con mis condiciones laborales actuales no podía. No me salían las cuentas y que necesitaría un pequeño aumento de sueldo para poder afrontar un cambio de esa magnitud. Pero yo no contaba con que, por lo visto, la conversación que tuvimos en Agosto para mi encargado había sido algo parecido a firmar mi aceptación incondicional con sangre de doncella, porque se puso hecho un basilisco tratándome poco menos que de niñato, interesado e inmaduro, derivando el tema automáticamente a Recursos Humanos. En ningún momento me permitió plantearle mis necesidades o mis motivos, símplemente dio por sentado que me negaba a trasladarme a Sevilla y que me quería aprovechar de la empresa como excusa del traslado. Al día siguiente, una bonita carta remitida desde RR.HH. me decía que tenía dos opciones, que o bien me trasladaba a Sevilla en mis condiciones actuales; o si no, ahí tenía la puerta con mi carta de despido y mi derecho al paro clavados con una daga en la misma, ya que se cerraba mi departamento en la sede de Algeciras y yo ahí no pintaba nada (una perogrullada como un templo, ya que tanto si me iba de la empresa, como si me trasladaba a Sevilla, no iba a quedar nadie más de mi departamento ahí, normal que se cerrara). Y todo esto, con el 7 de Noviembre como fecha de caducidad.
Dicho lo cual, empecé el mes de Octubre por la puerta grande. Buscando piso por Sevilla y alrededores que tuviera por lo menos dos habitaciones, que aceptara perro, y que no se fuera de madre con el precio. Y si encima estuviera cerca de la empresa, pues mejor. Pero la lluvia en Sevilla es una maravilla y las inmobiliarias, los bancos y demases unos cracks reteniendo pisos vacíos para mantener los precios a flote (sigo sin comprender cómo no quemamos la Moncloa y el Congreso en su día cuando decidieron convertir las viviendas en bienes de inversión en lugar de bienes de primera necesidad). Y cuando no, propietarios pensando que tienen un palacio cuando lo que te están ofreciendo es un zulo.
Al final he ido a dar con mis huesos, los de mi mujer y los de mi perro en un piso de Camas, pagando 100€ más de alquiler al mes y cobrando lo mismo, porque al menos tengo la esperanza de que aquí a Diciembre me amplíen el contrato y cobre algo más. Y que, estando en Sevilla, mi mujer tenga más posibilidades de encontrar trabajo también para ella. Una de las mejores cosas del piso, eso sí, es que está orientado de tal forma que no se ve mi oficina por ninguna de las ventanas, cosa que en todos los otros pisos que visitamos era imposible de evitar.
Oh, por cierto. ¿Os acordáis de eso que os he dicho de que la empresa me ayudaría con los gastos de la mudanza? Bueno, pues por lo visto eso también está por ver, ya que según mi encargado, cuando "rechacé" su oferta de traslado y pasó a manos de RR.HH., eso iba incluido también en el paquete, así que ahora tengo que pelearme con ellos a ver si me abonan las facturas de la mudanza o qué.
Que por cierto, la mudanza, esa es otra. Todo el finde de mi puto cumpleaños entretenido entre preparar los bártulos en Algeciras, contratar un camión de 3.500kg, cargarlo, descargarlo en Camas y devolver el camión entre el sábado y el domingo. Y tener que esperar al día 31 de Octubre para devolver el piso y ver cómo, por un segundo, los caseros se planteraron el devolvernos la fianza del mismo por el simple hecho de que una de las patillas de una de las bandejas de la nevera se había partido. Menos mal que al final se portaron con decencia y finiquitamos sin más problema. Bueno, sí, que cuando llegamos aquí nos dimos cuenta que nos habíamos dejado tres garrafas de aceite de cinco litros cada una en Algeciras, y que al llamarles nos dijeron que las habían tirado... porque estaban caducadas. Momento en el que yo me cisqué en la puta manía de ponerle fecha de caducidad a todo, cuando productos como el aceite no caducan, así pasen 800.000 años.
En fin, que ha sido un mes de lo más movido para este que suscribe. Ni tiempo a rascarme el culo, he tenido.
Pd.- Y ayer aprendimos que no se puede ir un finde por la tarde a Sevilla en coche, mucho menos si encima amenaza lluvia, porque la cantidad de coches que hay en la calle es inversamente proporcional a la cantidad de plazas de aparcamiento (caras con avaricia, para más inri) que hay libres en los parkings. Autobus. Autobus for everything.
Ha sido un mes de lo más puto estresante, desde el primer momento en que volví a la empresa después del permiso por matrimonio. En ese momento, yo aun estaba en Algeciras. Pero fue volver al curro, tratar el tema del traslado con mi superior e irse todo a la porra.
A modo de trasfondo, diré que yo vine a la sede de Sevilla en Agosto durante una semana para recibir formación, y ahí ya mi responsable me dijo que me necesitaba aquí y tal. Yo le dije que bueno, que no tenía ningún inconveniente, pero que tenía la boda por delante y que hasta noviembre por lo menos no podría venir, entre pitos y flautas, a lo que él dijo que bueno, que vale. E incluso que no me preocupara por los gastos derivados de la mudanza porque la empresa me ayudaría con eso (sin entrar a concretar demasiado, y sin ningún papel de por medio).
Como decía, a la vuelta del permiso, hablo con él de nuevo. Le digo que quiero ir, pero que con mis condiciones laborales actuales no podía. No me salían las cuentas y que necesitaría un pequeño aumento de sueldo para poder afrontar un cambio de esa magnitud. Pero yo no contaba con que, por lo visto, la conversación que tuvimos en Agosto para mi encargado había sido algo parecido a firmar mi aceptación incondicional con sangre de doncella, porque se puso hecho un basilisco tratándome poco menos que de niñato, interesado e inmaduro, derivando el tema automáticamente a Recursos Humanos. En ningún momento me permitió plantearle mis necesidades o mis motivos, símplemente dio por sentado que me negaba a trasladarme a Sevilla y que me quería aprovechar de la empresa como excusa del traslado. Al día siguiente, una bonita carta remitida desde RR.HH. me decía que tenía dos opciones, que o bien me trasladaba a Sevilla en mis condiciones actuales; o si no, ahí tenía la puerta con mi carta de despido y mi derecho al paro clavados con una daga en la misma, ya que se cerraba mi departamento en la sede de Algeciras y yo ahí no pintaba nada (una perogrullada como un templo, ya que tanto si me iba de la empresa, como si me trasladaba a Sevilla, no iba a quedar nadie más de mi departamento ahí, normal que se cerrara). Y todo esto, con el 7 de Noviembre como fecha de caducidad.
Dicho lo cual, empecé el mes de Octubre por la puerta grande. Buscando piso por Sevilla y alrededores que tuviera por lo menos dos habitaciones, que aceptara perro, y que no se fuera de madre con el precio. Y si encima estuviera cerca de la empresa, pues mejor. Pero la lluvia en Sevilla es una maravilla y las inmobiliarias, los bancos y demases unos cracks reteniendo pisos vacíos para mantener los precios a flote (sigo sin comprender cómo no quemamos la Moncloa y el Congreso en su día cuando decidieron convertir las viviendas en bienes de inversión en lugar de bienes de primera necesidad). Y cuando no, propietarios pensando que tienen un palacio cuando lo que te están ofreciendo es un zulo.
Al final he ido a dar con mis huesos, los de mi mujer y los de mi perro en un piso de Camas, pagando 100€ más de alquiler al mes y cobrando lo mismo, porque al menos tengo la esperanza de que aquí a Diciembre me amplíen el contrato y cobre algo más. Y que, estando en Sevilla, mi mujer tenga más posibilidades de encontrar trabajo también para ella. Una de las mejores cosas del piso, eso sí, es que está orientado de tal forma que no se ve mi oficina por ninguna de las ventanas, cosa que en todos los otros pisos que visitamos era imposible de evitar.
Oh, por cierto. ¿Os acordáis de eso que os he dicho de que la empresa me ayudaría con los gastos de la mudanza? Bueno, pues por lo visto eso también está por ver, ya que según mi encargado, cuando "rechacé" su oferta de traslado y pasó a manos de RR.HH., eso iba incluido también en el paquete, así que ahora tengo que pelearme con ellos a ver si me abonan las facturas de la mudanza o qué.
Que por cierto, la mudanza, esa es otra. Todo el finde de mi puto cumpleaños entretenido entre preparar los bártulos en Algeciras, contratar un camión de 3.500kg, cargarlo, descargarlo en Camas y devolver el camión entre el sábado y el domingo. Y tener que esperar al día 31 de Octubre para devolver el piso y ver cómo, por un segundo, los caseros se planteraron el devolvernos la fianza del mismo por el simple hecho de que una de las patillas de una de las bandejas de la nevera se había partido. Menos mal que al final se portaron con decencia y finiquitamos sin más problema. Bueno, sí, que cuando llegamos aquí nos dimos cuenta que nos habíamos dejado tres garrafas de aceite de cinco litros cada una en Algeciras, y que al llamarles nos dijeron que las habían tirado... porque estaban caducadas. Momento en el que yo me cisqué en la puta manía de ponerle fecha de caducidad a todo, cuando productos como el aceite no caducan, así pasen 800.000 años.
En fin, que ha sido un mes de lo más movido para este que suscribe. Ni tiempo a rascarme el culo, he tenido.
Pd.- Y ayer aprendimos que no se puede ir un finde por la tarde a Sevilla en coche, mucho menos si encima amenaza lluvia, porque la cantidad de coches que hay en la calle es inversamente proporcional a la cantidad de plazas de aparcamiento (caras con avaricia, para más inri) que hay libres en los parkings. Autobus. Autobus for everything.