Pues como antiguo lector de Minami (y de Dokan, antes que esta), os puedo decir que sÃ, que es todo un personaje.
Habrá quién lo considere personaje para bien, y habrá quien lo considere personaje para mal, pero lo que realmente es, es un auténtico prepotente.
Dice ser él uno de los iconos del buen nivel del manganime en España (y es cierto, ya que, por mucho que os quejéis de las licencias y/o de los doblajes, tras Saint Seiya y Dragon Ball, el manganime estuvo prácticamente desaparecido de la escena nacional -exceptuando Cataluña y algún que otro foco más-), amen de considerarse defensor, a capa y espada, de los productos originales por encima de cualquier otro medio, como por ejemplo, los fansub, contra los que destila un odio visceral (no me imagino qué pudisteis llegar a hacerle para que llegara a pensar de una forma tan radical
).
Estuvo trabajando en varias revistas del sector (véase, por lo menos, Dokan y Minami/Minami2000), estando más o menos metido en ellas. En dichas revistas fue donde acuñó términos como "dragonbaboso" (lo que serÃa un dragonballtard) y "evababoso" (evatard) para despotricar a gusto contra series de culto/masas como Dragon Ball y Evangelion, series que, desde su punto de vista omnipotente y omnisciente, eran una putÃsima mierda que no merecÃan respeto alguno.
Lo curioso es que nunca llegué a leer nada de su puño y letra en contra de Naruto, aunque también es cierto que, para cuando salió Naruto, el Gran Lázaro empezaba ya a dejar de implicarse tanto en la revista, ya que decÃa que él lo que querÃa era dedicarse a enseñar biologÃa en un instituto. Eso sÃ, todos los artÃculos que aparecÃan en esa revista eran para exaltar lo buena y genial que era "esa serie que está rompiendo ahora en Japón".
Básicamente... es eso
Pd.- Para que os centréis un poco temporalmente hablando, yo dejé de leer la Minami cuando Naruto iba, capÃtulo arriba capÃtulo abajo, por el 70-80, y hasta ahà se remontan mis conocimientos de este personaje. Todo lo que haya hecho después... ni lo sé ni me importa.
Pd2.- Mirando en la página de Ares Editorial (la editora de Minami) me acabo de dar cuenta de que, por lo visto, ni Minami ni Dokan existen ya, y que lo más parecido es una revista con el curioso nombre de DOKAMI