12-08-2009, 01:38 PM
Reabro tema por todo lo alto y porque la ocasión lo merece.
Me saca MUCHÍSIMO de mis casillas (vamos, que me toca los cojones de una manera acojonante) la actitud de mi compañera de piso.
Quedamos los cuatro del piso para hacer hoy la limpieza general y a fondo de antes de Navidad, para lo cual habíamos decidido comenzar a las 10.30 de la mañana. Todo esto, con una semana de adelanto.
Pues bien, a mí me tocó hacer la cocina con mi compañera de piso, y ayer cuando me metí en la cama, me aseguré de ponerme el despertador para despertarme a una buena hora y ponerme manos a la obra.
Bueno, pues esta mañana, dan las 10.30 y sigue todo el mundo sobando. Como no soy ni la madre ni el despertador de nadie, pienso que, bueno, mientras estos echan luces, yo me pongo a lo mío.
Pues resulta que a eso de las 10.45-11, mi compañera se despierta (posiblemente por el ruidillo que hacía al recoger el lavavajillas) indignadísima de la vida, diciendo que soy muy mal compañero porque tendría que haberla despertado, en lugar de empezar traicioneramente la cocina yo sólo para dejarle lo peor a ella.
Y lo mejor es que, después de la discusión, la gran compañera se ha encerrado en la habitación y se ha pasado toda la mañana chupándose el coño. Con dos cojones, chavala, di que sí
Me saca MUCHÍSIMO de mis casillas (vamos, que me toca los cojones de una manera acojonante) la actitud de mi compañera de piso.
Quedamos los cuatro del piso para hacer hoy la limpieza general y a fondo de antes de Navidad, para lo cual habíamos decidido comenzar a las 10.30 de la mañana. Todo esto, con una semana de adelanto.
Pues bien, a mí me tocó hacer la cocina con mi compañera de piso, y ayer cuando me metí en la cama, me aseguré de ponerme el despertador para despertarme a una buena hora y ponerme manos a la obra.
Bueno, pues esta mañana, dan las 10.30 y sigue todo el mundo sobando. Como no soy ni la madre ni el despertador de nadie, pienso que, bueno, mientras estos echan luces, yo me pongo a lo mío.
Pues resulta que a eso de las 10.45-11, mi compañera se despierta (posiblemente por el ruidillo que hacía al recoger el lavavajillas) indignadísima de la vida, diciendo que soy muy mal compañero porque tendría que haberla despertado, en lugar de empezar traicioneramente la cocina yo sólo para dejarle lo peor a ella.
Y lo mejor es que, después de la discusión, la gran compañera se ha encerrado en la habitación y se ha pasado toda la mañana chupándose el coño. Con dos cojones, chavala, di que sí